Cada uno de los mensajes que la Madre de Dios da a la humanidad es importante. No hay uno más primordial que otro, porque todos vienen del Cielo. Pero hay que reconocer que el de este mes es especial.
También el mensaje es una exhortación a colaborar con la santidad personal y la santidad de los demás. Y para una persona que está en gracia, que frecuentemente ora, que participa asiduamente de la eucaristia, que se confiesa cada mes... no le resultará difícil custoriar su santidad y la santidad de los demás Pero el problema se complica cuando se vive una especie de esquizofrenia espiritual, con la mente y el corazón divididos. Muchos quieren estar con Dios pero no sueltan el "mundo". Y por eso la Madre advierte, y dice algo que a muchos no les gustaría escuchar: "Satanás no duerme, y a través del modernismo os desvía y os conduce por su camino." Esta expresión es fuerte, pero más fuerte es lo que hace Satanás y como pasa por inadvertida su acción en el mundo y en la consciencia del hombre. La Escritura ensea que como "león rugiente anda buscando a quien devorar" (1Pe,5:8). Se recuerda que no ha habido un santo en la historia de la Iglesia, que no haya tenido que vérselas frente a frente al "príncipe del imperio del aire" (Ef,2:2), y se recuerda además, que mayor argucia es negarse así mismo, hacer creer que no existe o que no ejerce poder sobre las almas. Por lo que la Madre quiere que sus hijos estén en guarcia y que no se dejen engañar por el "homicida desde el principio... el padre de la mentira" (Jn,8:4). Entonces, María ha sido clara al avisarnos. No ha dicho directamente que el modernismo se amalo, sino que por medio de él, Satanás desvía y conduce a las almas por un camino errado. Lo que quiere decir que para salvaguardar el bien que se recibe por la gracia de Dios, hay que cuidarse del modernismo que el Maligno infiltra para desviar a cualquiera del camino de Jesús. ¿Qué puede haber en el modernismo que desvíe de la fe, del camino recto y pueda conducir a cualquiera por el camino de Satanás?
Para empezar, no se debe pensar directamente en el pecado sino en los elementos que el modernismo propone y que separan sutilmentede los proyectos de Dios. Porque es allí donde reside el guego del Maligno. Los fieles que intentan llevar una vida sana tienden a alejarse del pecado y de aquellas cosas que, según su criterio personal, ofenderían a Dios. Sin embargo, no todos se distancian del modernismo. El modernismo al que Maria se refiere no es la corriente del arte que surgió a fines del siglo XIX, o el movimiento teológico que se opone a la renovación posconciliar. Sino más bien un sistema de pensamiento contemporáneo que inmpone sus propias "verdades" como norma trascendental de conducta a la sociedad y a la razón, frente a cuando Dios ha revelado. Se trata de una especie de dictadura relativista que ya denunció Benedicto XVI en la homilía de las exequias de Juan Pablo II. Y todos somos vulnerables de caer en ella.
La Madre sabe que por el modernismo muchas almas se desvían, se separan del proyecto que Dios tiene para ellas y, por lo mismo, deja sentir su preocupación. Por lo que cada cual debe comenzar a examinar su conducta frente a esta corriente contemporánea...
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