Mensaje del 25 de marzo de 2008
“¡Queridos hijos! Les invito a trabajar en la conversión personal. Aún en su corazón, están lejos del encuentro con Dios. Por eso, estén el mayor tiempo posible en oración y en Adoración a Jesús en el Santísimo Sacramento del Altar, para que El los cambie y ponga en su corazón, una fe viva y el deseo de la vida eterna. Todo es pasajero, hijitos, sólo Dios es eterno. Yo estoy con vosotros y les aliento con mi amor. ¡Gracias por haber respondido a mi llamada!”
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